Equilibrio y transformación
Para el Dr. José María Guilemany, la nariz no es solo una cuestión estética. Doctor en Medicina y Cirugía, especializado en otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello, Guilemany ha consagrado su carrera a perfeccionar la rinoplastia desde una perspectiva integral: “Estética sin funcionalidad es un fracaso”, afirma con convicción. Su filosofía es clara: una nariz bonita debe, ante todo, permitir respirar bien.
Alexandra Barriuso es un ejemplo de cómo este enfoque puede cambiar una vida. Durante años convivió con un complejo estético. Su determinación y madurez la llevaron a ahorrar, hablarlo con su entorno y, finalmente, decidirse por el Dr. Guilemany. “Me transmitió muy buen rollo desde la primera visita. Su cercanía y profesionalidad fueron clave. Además, descubrió que tenía el tabique desviado, algo que yo ni sabía”, cuenta Alexandra, quien no necesitó consultar con ningún otro especialista.

El Dr. Guilemany realiza diariamente rinoplastias funcionales y estéticas con tecnología ultrasónica, una técnica mínimamente invasiva que permite remodelar el hueso nasal con gran precisión, reduciendo sangrado, inflamación y tiempo de recuperación. Su experiencia en rinoplastia primaria, de revisión y reconstrucción lo ha convertido en un referente nacional. Cada procedimiento es personalizado, buscando siempre el equilibrio entre forma y función, con resultados naturales y duraderos.
La operación de Alexandra se realizó en el Hospital Àptima de Sant Cugat. Tres horas de intervención, una recuperación sin complicaciones y un seguimiento continuo del doctor.
“Durante el postoperatorio estuve hinchada, con la férula y sin poder salir al sol, pero sabía que valdría la pena”, recuerda. Y así fue. Al retirar la férula, su reacción lo dijo todo: “¡Uau! Era la nariz que siempre había imaginado, la que encajaba con mi cara. Me sentí al fin yo misma”.
El doctor Guilemany invita a todos sus pacientes a mirarse al espejo tras una semana. Sabe que ese momento es clave. En muchos casos, como en el de Alexandra, no solo mejora la respiración, también la autoestima. “Ahora no paro de hacerme fotos. Antes evitaba el perfil; hoy me encanta verme y me siento más segura que nunca”, afirma con una sonrisa. Una sonrisa que también refleja gratitud hacia el doctor que, sin renunciar a la funcionalidad, le ha regalado una nueva versión de sí misma.











