El arte de satisfacer al cliente
En cuanto alcanzó la mayoría de edad, Marta Noguera empezó a colaborar profesionalmente con su madre. A base de esfuerzo y osadía, fue transformando una tienda de muebles y decoración que vio la luz hace 65 años en lo que es hoy Antinea: un estudio integral de interiorismo que abarca desde el mero asesoramiento al desarrollo de todo tipo de proyectos, encargándose incluso de reformas integrales. “Dirijo los proyectos, contrato a arquitectos, aparejadores, estoy encima de los industriales y voy personalmente a las obras. Me ocupo de estar al pie del cañón”, dice con el orgullo de haber relanzado el negocio familiar a una escala superior.
Preguntada por cómo una diplomada en interiorismo ha acabado abordando tantas vertientes, Marta comenta que fue consecuencia del modo en que fue evolucionando Antinea: “Al principio trabajábamos solo la vivienda y poco a poco nos fuimos atreviendo a abordar todo tipo de proyectos: oficinas, tiendas, restaurantes, hoteles, etc.”
Tras tantos años de experiencia en el sector, tiene muy claro el quid de la cuestión: “La clave es entender bien qué es lo que necesita el cliente, ya sea una reforma, un cambio de look, o un lavado de cara como cambiar cortinas o la pintura. Se trata de conocer sus gustos y poner a su disposición todo lo necesario para conseguir que sus necesidades queden cubiertas, con la mejor atención personalizada”. Nos cuenta que suelen ser procesos intensos que acarrean contratiempos de todo tipo. Por eso, Marta confiesa que “cuando más disfruto es al final, al ver al cliente encantado con el resultado”.
En cuanto al estilo de Antinea Interiorismo, insiste en que manda el cliente. Pero si puede elegir, se decanta por “un gusto actual, ni demasiado moderno ni minimalista. Al llegar a una casa pregunto: ´¿Seguro que no quieres mantener este mueble?´ Las piezas antiguas me encantan. Encuentro que lucen cantidad en un espacio moderno. Me gusta crear espacios elegantes, acogedores y agradables, en los que te sientas bien”. /
