La influencer barcelonesa triunfa como diseñadora y empresaria de moda
Corría el año 2017. Pasado el umbral de los 40 y acercándose al de los 50, una fuerza interior la impulsó a reinventar su vida profesional. Despúes de una larga trayectoría profesional en la joyería familiar, que abandonó al jubilarse su padre, estudió un curso de asesoría de imagen. Y, alentada por sus hijos y marido, se lanzó a la aventura. Poco se imaginaba que, cinco años más tarde, estaría dirigiendo no sólo un perfil de Instagram de más de 350k seguidores sino también una exclusiva firma de moda, llevando ambos proyectos su nombre: Reyes Torres.
“Esta pregunta siempre es la más difícil”, responde Reyes con una sonrisa cuando le pedimos que defina su profesión. “Mi trabajo diario consiste en crear contenido con las marcas con las que colaboro para sugerir a mis seguidoras los looks que pueden llevar en distintas situaciones ”. Probablemente, esta necesidad de inspirar salga de la pasión que siente desde pequeña por la moda, entendiéndola como una forma de vida, que en su caso se manifiesta a través de la simplicidad, la comodidad y la discreción. En sus reels, stories y vídeos, comparte tips y consejos para sacar el máximo partido no sólo a las piezas de nuevas colecciones sino también a modelos de temporadas pasadas, que personaliza y refina con complementos y bisutería. Y sus followers se lo agradecen: “Si estoy donde estoy, es gracias a ellas”, nos cuenta con emoción recordando la calurosa acogida que desde los inicios ha recibido: Destaca, sin embargo, que es precisamente este engagement lo que a veces le resulta un poco complicado. “Al trabajar con el móvil, siempre tengo mi trabajo a un golpe de clic. A veces tengo que obligarme a hacer off, a decir ahora ya no trabajo, para dedicarme a mis cosas, a mi familia y amigos”.
Gracias a su perseverancia y esfuerzo, “algo que aprendí de mis padres”, Reyes se ha convertido en empresaria y diseñadora de su propia marca lanzada en 2019 con gran acogida, en parte debido a su sensibilidad hacia la diversidad de tallas y de bolsillos. Tanto es así que, desde su plataforma digital, ha conseguido exportar a países como Italia, Estados Unidos o Sudamérica.
“Vuelvo a lo de siempre: todo lo he conseguido siendo yo misma; ¿de qué sirve engañar?”, se cuestiona. “Yo quiero que la gente me vea como lo que soy: una persona normal, de Barcelona, que muestra lo que es”. Quizás esta es la razón por la que se aleja del ruido de las redes, no usa un solo filtro, y desmarcándose del contenido lifestyle, solo comparte eventos muy sonados de su vida personal. El tiempo le ha dado la razón. Y el éxito. / Texto: Pol Vouillamoz.
