Del Cerro une diseño y innovación desde 1915

La joya de la familia

 

 

Desde los armis de oro para relojes que Joan Del Cerro fabricaba de manera artesanal para emblemáticas casas de joyería como Cartier, hasta los diseños de joyas actuales que su bisnieta Andrea vende con éxito en Internet y en las RRSS gracias a las nuevas tecnologías, ha pasado más de un siglo.

Cuatro generaciones de artistas unidos por un oficio, la herencia de una tradición ejercida con pasión, pues es esa idea abstracta del amor por el trabajo que explica una vocación genética capaz de prevalecer en el tiempo. Faustino del Cerro revolucionó la joyería clásica de los años cincuenta introduciendo brillantes en las alianzas y anticipándose al diseño tradicional de los solitarios, utilizando piedras preciosas de colores, además de diamantes, como elemento principal en los anillos de pedida de mano.

 

 

Ya en los años 90, su hijo Xavier volvió a agitar el mercado internacional de la alta joyería con sus originales piezas vanguardistas, de formas limpias y lineales, posicionándose como uno de los diseñadores de joyas más significativos de su época, según el World Gold Council. Ahora comparte sus conocimientos en gemología con su hija Andrea, quien está empezando a tomar el relevo del negocio familiar.

 

 

Muy atenta a las nuevas tendencias y en conexión con las necesidades del consumidor actual, la última incorporación a la estirpe aporta creatividad en un mercado que no conoce la crisis, “desde la antigüedad nos hemos adornado con joyas”, aseguran padre e hija. Con una gran presencia en tiendas especializadas de Catalunya y el norte del país, los actuales planes de la marca consisten en expandirse en el ámbito nacional e internacional, con su exitosa fórmula basada en la innovación y el diseño.

 

 

 

Del Cerro

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