Por Judith Martínez
La Navidad es una oportunidad especial para reencontrarnos con la familia, los amigos y, sobre todo, con nosotros mismos. Es un buen momento para reflexionar y recordar que el amor comienza en nuestro interior. Si en algún punto hemos dejado de querernos, estos días pueden ser una invitación para explorar el motivo, para permitirnos profundizar en las razones que nos han alejado de nuestro verdadero ser, ese que trasciende la imagen superficial que hemos construido.
Con frecuencia, nos enfrentamos a una dualidad entre lo que creemos ser y lo que realmente somos: el «yo» que nos separa y el «yo» que nos acerca a nuestra esencia. Aprovechemos esta época para redescubrirnos y si hay algo que no nos gusta, cambiémoslo. En el bullicio de las fiestas, encontremos el silencio necesario para iluminar los espacios apagados en nuestro interior.
Recientemente he escrito un libro sobre el poder transformador de la cirugía plástica y precisamente va de esto. Esta disciplina tan extendida ayuda a las personas a verse bien, sentirse bien y relacionarse bien. Os animo a leer Entre bisturíes – El lado humano de la cirugía plástica. No es una apología, sino un reconocimiento a ocho especialistas que ayudan a transformar vidas a través de su técnica, arte y empatía.
Que esta Navidad sea un viaje hacia la autenticidad y el amor propio.
¡Felices fiestas!









