Samanta y Noemí celebran la buena acogida de una segunda tienda oficial en la capital

La Croixé en Madrid

 

En 2013, Samanta fue invitada a varias bodas y se percató de lo difícil que le resultaba encontrar un vestido bueno y bonito que no fuera excesivamente caro. Aquel apuro fue el embrión de lo que es hoy La Croixé. Porque ese mismo año empezó a vender vestidos de alta costura a precios asequibles en Barcelona. El pasado mes de marzo, como si quisiera celebrar a la par los 10 años de vida y de boda, La Croixé abrió una segunda tienda en Madrid.

La empresa empezó a tomar cuerpo en un pequeño local de la calle Calaf de Barcelona, donde Samanta reunía a amigas y conocidas para realizar las primeras ventas. En 2015 se asoció con Noemí, apasionada de la moda y el diseño, e inauguraron la tienda de la calle Madrazo. Desde entonces, el tiempo ha ido dándoles la razón. “Veníamos a Madrid a hacer ventas de dos o tres días y veíamos que teníamos muchas clientas. Así que decidimos dar el gran salto y abrir esta segunda tienda, que ha quedado muy bonita y está gustando mucho”, celebra Samanta.

 

  

 

A diferencia de Barcelona, donde las conocen desde hace tiempo, en Madrid han tenido que abrirse hueco en el mercado. Cada jueves del pasado mes de mayo, organizaron un evento en la tienda nueva con unas 20 invitadas. “Estamos trabajando duro. En Madrid hay gente de todos lados, la clientela es más dispar y estamos contentas porque el boca a boca está funcionando muy bien”, se enorgullece Samanta.

La Croixé no para de crecer. A la buena marcha de las tiendas de Barcelona y Madrid se añade el auge de la venta online, tanto a nivel nacional como en el extranjero, especialmente en Latinoamérica. Respecto a su idea de elegancia, Samanta apuesta por el “menos es más, porque a una boda conviene ir como tú eres, sin disfrazarte, con diseños ligeros que te sienten bien”.

 

        

 

 

La Croixé

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.