Hay maneras y maneras de ejercer una profesión. Si a la vocación, se le suma la experiencia, la diligencia, el compromiso y la empatía, el resultado nunca puede defraudar. Este es el caso de Chelo Alcañiz, interiorista de largo recorrido, cuyos valores se resumen en la escucha del espacio. “Los espacios hablan por sí solos; de una época, una cultura, una tradición”, explica en el estudio de Reina Victoria, que comparte con los arquitectos con quienes forma equipo, Cordero y Viñas. En este sentido, la primera intervención de Chelo se basa en una previa investigación del espacio a proyectar, ya sea obra nueva o una reforma, respetando su origen y ubicación. “No es lo mismo reformar un convento dominico en Málaga, que un piso modernista en el Eixample barcelonés, cada proyecto tiene su propia historia y a nosotros nos gusta respetarla y contarla”, asiente. Y cuando no hay un relato, lo crean, permitiendo surgir la idea creativa, el concepto de diseño sobre el cual se desencadena cada obra, con ejecuciones al detalle, otra de las características de DYD interiorismo, con amplia experiencia en proyectos del sector contract, que incluye restaurantes, hoteles y locales comerciales, entre otros. Es precisamente el nivel de excelencia exigido en este canal que ha posicionado a Chelo Alcañiz como una interiorista de gran calidad en el ámbito residencial, tanto en la cuestión estética, como ejecutiva, poniendo en práctica esa escucha activa necesaria para también para complacer a sus clientes, con los que, sin imponer un estilo predefinido, empatiza al atender sus necesidades específicas y gustos personales. En este aspecto, a Chelo, que este año cumple veinte años en la profesión, no le gusta estancarse y busca enriquecerse de ideas nuevas, especialmente de su mano derecha, la también interiorista Ana Trigueró, a quien, por supuesto, también tiene en consideración.

La fundadora de DYD interiorismo en su estudio de Reina Victoria junto a su mano derecha, Ana Trigueró, y Sandra que ejerce de becaria.