Deco cuántica

De l’Eixample de Barcelona, a las montañas de La Cerdanya, las vistas a Collserola de Sant Cugat, las playas de Ibiza, estas localidades solo están divididas en el espacio, pudiéndose fundir en un solo mundo si nos ceñimos a la probabilidad de que una persona pueda estar en una de ellas en un momento dado. Cual interpretación de la física cuántica, teoría de la que no tengo ni idea, me atrevo a decir que es tan probable que cualquiera de nosotros nos encontremos leyendo un libro en un urbanita piso del Ensanche, como suele hacer el actor Josep María Pou cuando se encuentra en la ciudad, como lo es que en este mismo instante estemos relajándonos al calor de una chimenea diseñada por Verónica Mimoun en La Cerdanya, tomando un aperitivo familiar en los jardines de Casa Fuster-La Masia Sant Cugat, bañándonos sintiéndonos libres en las aguas cristalinas de Las Salinas como hace Toni Riera, cuando está en Ibiza. Limitarnos a pertenecer a un solo lugar es absurdo, como también lo es importar ciertos aspectos sin demasiada justificación. En decoración apuesto por los materiales autóctonos por su carácter sostenible. Sin embargo, no me parece mal imitar ciertos tips esenciales de otros estilos si la finalidad consiste en transportarte mentalmente a otro lugar, introduciendo una lámpara de diseño árabe, una alfombra persa, un sofá retro, o un chandelier francés, como ha hecho Eduardo Landó al reformar el restaurante La Cuina del DO. Una idea exótica qua a mi me apetece bautizar como deco cuántica.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.