El universo creativo de Lázaro Rosa-Violán.: “Aquí nos sobra creatividad”

Simplemente Lázaro

Despacho. Así llaman al laboratorio creativo de uno de los sellos más representativos del mundo del diseño y el interiorismo global. Multinacional suena demasiado corporate, aunque proyección no le falta. En estos momentos, cuando mis recursos literarios se ponen en evidencia,  tiento al impulso de leer a J K Rowling para recrear con sus palabras esos escenarios mágicos, fantásticos, en los que las  librerías, rebosantes de fondo documental, atrapan miradas, antes de que estas descubran esculturas de dinosaurios, se posen en una colección de taxidermia de mariposas enmarcada en delicados marcos dorados, se impresione ante los tapices que visten rotundos una sala de reuniones, a la espera de esa lámpara de anticuario, que con grúa mediante colgará de un techo embellecido con molduras de yeso  para iluminar el trabajo de las 114 personas, perfectamente organizadas en equipos, que tienen la suerte de trabajar en un estudio que condicionará su futuro una vez decidan emprender su camino.

Algunos de tus discípulos ya se han montado por su cuenta

Es normal que vuelen. Aquí tenemos muy buenas conexiones y no me molesta que llegado el momento, emprendan por su cuenta. Es lo normal.

Que antiguos empleados de Lázaro Rosa-Violán promuevan sus carreras en solitario no hace más que amplificar la marca de un estudio que gestiona cerca de 150 proyectos anuales para clientes de más de 40 países “ahora puedo decir que trabajo en los cinco continentes”. Dada la dimensión y ámbito de actuación de esta fábrica de proyectos, intento elaborar un mapa de posicionamiento del sector y no lo consigo. Imagino un mundo rodeado de satélites, pero él nunca lo reconocerá. Porque incómodo con las etiquetas, Lázaro evita medallas al mérito personal, carece de un elevado concepto de sí mismo: “Tengo la suerte de contar con Mar, mi hermana y socia, además de tener un gran equipo muy bien estructurado”.

“No tenemos estilo, sino recursos”

¿Cual es el estilo de LRV?

Nosotros disponemos de recursos, pero no de estilo.  En ocasiones, me dicen que ciertos proyectos no parecen nuestros, pero es algo que no me afecta. No tenemos orgullo.

¿Con qué proyecto te identificas más?

Los proyectos son de nuestros clientes. Algunos me gustarán más o menos, pero yo los reconozco a todos por igual, como un padre hace con sus hijos. Sin embargo, en la Coata Brava tengo la casa más bonita del mundo, adonde me escapo siempre que no estoy viajando. Se trata de una casita de pescadores, cien por cien mediterránea, tanto que se podría decir que  casi está encima del mismo mar.

El mar es una de las grandes pasiones, heredada de su padre,  campeón de pesca submarina, además de abogado, profesión que le llevó hasta Marruecos, donde nació Lázaro,  el primero de siete hermanos. De su país natal asegura no tener ninguna influencia, a diferencia del País Vasco, donde pasó la primera etapa de su vida, antes de asentarse en Barcelona. “Soy más vasco que catalán, en bueno y en lo malo”, reconoce.

¿En qué consiste la belleza?

No creo en cánones universales. Aunque se supone que lo más natural  es lo que se puede acercar a lo bello, a la perfección. Por ello, a través del arte se intenta imitar la realidad. Es algo que aprendí cuando estudiaba bellas artes. Sin embargo, yo defiendo que el gusto es personal y relativo.

¿Qué reto supone cada uno de vuestros proyectos?

Nos esforzamos al máximo por ser originales, superarnos a nosotros mismos. Hay proyectos que por la difusión que han tenido en prensa nos han intentado etiquetar, algo de lo que huimos.

Lázaro no es un nombre más en el mundo del diseño.

Su creatividad y profesionalidad compite con

los mejores estudios internacionales,

como Roman & Willimas y Gilles & Boissier.

 

 

La marca LRV se asocia al mundo retail, hospitality y contract, especialmente

Es cierto que los trabajos que hacemos para Pull & Bear o Aristocrazy son my potentes, al igual que restaurantes como El Amazónico, en Madrid, o El Nacional, Soho y Cotton House, en Barcelona, te pueden encasillar en el sector contract, pero lo cierto es que también tenemos grandes proyectos residenciales que no mostramos por temas de confidencialidad.

La confidencialidad es uno de los aspectos que se respira en el ambiente, y me consta que lo que pasa entre las paredes de LRV se protege con celo, tanto en lo que respecta a la identidad de sus exclusivos clientes, como a sus proyectos, que se suelen dilatar en el tiempo. Lázaro, gran conversador, prefiere hablar de otras cosas, antes que hacerlo sobre sí mismo y sus trabajos alrededor del planeta.

¿A qué lugar del mundo te gusta más viajar?

Vivo entre Barcelona y Nueva York. Decidí comprar un apartamento donde hasta ahora, que empiezo a tener reuniones, me retiraba a trabajar de verdad, a diseñar, a diferencia de lo que hago aquí, más dedicado a resolver problemas. Es una ciudad puntera, donde todo confluye. En Amberes hay mucho ambiente de diseño y Corea es una de las ciudades más vanguardistas, pero ambas tienen lagunas. Nueva York tiene de todo.

Lázaro es generoso con su tiempo, y vencida su timidez, gracias a Bosco, su fallecido perro que le enseñó a posar ante las cámaras, se deja retratar por Theresa, a quien le facilita el trabajo de encontrar su mejor ángulo. “Mi lado fotogénico es el derecho y salgo mejor si no me rio”, le asegura, convencido, fue un consejo que le dio Mario Testino durante un reportaje para Vogue España- ¿Qué tal si inclinas un poco la cabeza hacia arriba? -, sugiere ella. “Perfecto, así parece que pienso”.   Como se deduce a lo largo de esta entrevista, el día que tuvo lugar esta amable conversación, descubro que además de interiorista, Lázaro estudió bellas artes y arquitectura y al concluir la misma decido cien por cien que es una persona realmente sorprendente.

 

 

LRV cuenta con un laboratorio de creación formado por 11 equipos de trabajo, dirigidos por sus respectivos responsables con quien el interiorista y arquitecto mantiene una fluida comunicación diaria.
Contando los renderistas, que están establecidos en Madrid y los artesanos de los distintos talleres, dirige a un total de 150 personas.
Los equipos de trabajo están dividos en tres grandes áreas: contract, retail y hospitality. “Me gusta crear sinergias entre ellos, enriquecen los proyectos”.

 

 

La confidencialidad es uno de los aspectos que emana entre las paredes, escaleras, ordenadores, esculturas, biombos, pinturas, y tantos otros objetos decorativos que embellecen el despacho de la marca global LRV.
En su fondo documental personal, Lázaro y su equipo encuentran inspiración. “En ellos nos basamos especialmente para saber lo que no hay que hacer”.

 

Lázaro Rosa-Violán

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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