25 Jun La F1 al límite: cuando pilotar exige cuerpo y mente de élite
La Fórmula 1 es considerada la cúspide del automovilismo, una disciplina que no solo exige habilidades técnicas, concentración extrema y reflejos sobrehumanos, sino también una preparación física de altísimo nivel. A pesar de que desde el exterior pueda parecer que los pilotos simplemente “conducen un coche”, lo cierto es que el esfuerzo físico al que se someten durante un Gran Premio se compara con el de los atletas de élite en deportes de alta resistencia. La preparación física no es un complemento, sino un pilar fundamental en el rendimiento de los pilotos y en su seguridad a bordo del monoplaza.
Durante una carrera de Fórmula 1, que puede durar hasta dos horas y en la que se completan más de 300 kilómetros, los pilotos enfrentan condiciones extremas. Una de las más notables es la fuerza G (gravitacional) que deben soportar. En las curvas más rápidas, las frenadas y aceleraciones, el cuerpo del piloto puede experimentar hasta 5 o incluso 6 veces la fuerza de la gravedad. Esto significa que su cabeza, con el casco incluido (que puede pesar entre 6 y 7 kg), puede ejercer una carga de hasta 30 o 40 kg sobre el cuello, el cual debe mantenerse firme para conservar la línea visual y la concentración.
Además, los habitáculos de los monoplazas son extremadamente estrechos y calurosos. Las temperaturas pueden superar los 50 °C dentro del habitáculo, lo que provoca una pérdida de líquidos significativa. No es raro que un piloto pierda entre 2 y 4 kg de peso corporal debido a la deshidratación durante una carrera. Esto afecta directamente su nivel de concentración, capacidad de reacción y juicio en pista.
El entrenador personal del piloto británico del equipo Mercedes George Russell es el catalán Aleix Casanovas. Respondiendo a preguntas de Flash Magazine, Aleix explica que “el cuerpo de un piloto en plena carrera puede ponerse a 38 grados. A partir de los 40 el corredor toma decisiones que no son correctas. Hemos innovado con sistemas que bajan o mantienen la temperatura corporal por debajo de ese umbral. En la parrilla de salida y gracias a una colaboración con Adidas, el piloto viste una chaqueta ventilada para estar suficientemente refrigerado. El objetivo es mantener sus reflejos y capacidad de reacción en niveles óptimos de rendimiento para poder soportar carreras tan duras y de tanto calor y humedad como pueden ser en Singapur, Malaisa, Miami o Barcelona”.
Por Marc Martín, comunicador y creador de contenido especialista en motor.
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