Verónica Blume: una mirada hacia adentro

“Me veo diseñando ropa de yoga”

Texto:  Judith Martínez

Fotos:  Theresa Paul

The Garage es para Verónica Blume más que un centro de yoga.  Es un espacio con una energía especial, que protege y nutre, como si de una extensión de sí misma se tratase.   Cuando su amigo de la infancia Christian Schallert le dijo que había encontrado el sitio de sus sueños detrás del Hotel Brummel,  el cual regenta, no tardó en descubrir que así era.  Desde las rendijas de la original puerta de madera,  ahora desaparecida, vio algo más que un garaje viejo y oscuro. 

¿Qué viste en ese garaje?

Siempre me identifiqué con Alex, la protagonista de Flash dance que soñaba con ser bailarina.   Quería un local como el suyo.  Al verlo, tuve un flechazo.

“The Garage es una prolongación de mi ser.  Un reflejo de quien soy”

¿Contrataste algún interiorista o decorador?

Solo un arquitecto, quien interpretó a nivel estructural, en cuanto al espacio y la luz que necesitaba, la idea que yo tenía.  El resto fue evolucionando, pero siempre desde una perspectiva muy mía.  The Garage es una especie de prolongación de mi ser.  Es un reflejo de quien soy.  Tanto es así, que hay un punto en que a veces siento que en él se invade mi vida personal.

Pero en vez de una sala de baile, como en la película, has creado un centro de yoga

Descubrí el yoga hace dieciséis años, estando embarazada de mi hijo Liam. Vivía en Ibiza.  Fue un momento mágico, que cualquier madre puede entender, en que tuve la oportunidad  de conectar conmigo misma de una manera más vivencial y reconciliadora.  Fue una mirada hacia el futuro.  Supe que quería practicar y compartir.

¿Entonces hiciste la formación?

Me formé en Kundalini, aunque ahora hago un tipo de práctica más física y menos energética.  Pero un curso de formación no te convierte en un abanderado del yoga,  así que empecé a dar clases en el salón de mi piso de Gracia y  más tarde alquilé una sala en el mismo barrio, donde impartí clases tanto a amigos como a mamás de la guardería. Y entonces recibí la llamada de Christian…

¿Sigues trabajando en la moda o te has volcado definitivamente en el yoga?

Ahora selecciono más las ofertas que me proponen, pero cada vez me identifico menos con este tipo de trabajo. Creo que nunca me he identificado como modelo.

“La belleza crea distancias; inseguridad en las mujeres e intimidación con los hombres.  No me identifico como modelo”

Sin embargo, te ha abierto muchas puertas

Me siento muy afortunada de haber trabajado en este mundo y agradezco poder seguir haciéndolo.  Pero cuando empecé a trabajar en este sector no lo valoraba.  Era una adolescente,  muy joven e insegura, y me sentía una víctima.  Solo más tarde comprendí que no es lo mismo ser que trabajar de.  Yo nunca me he sentido modelo, pues implica un estado de perfección irreal,  de estar siempre maravillosa que no me llama para nada.  La belleza crea distancias.  Despierta inseguridad y amenaza en las mujeres e intimida a los hombres.  El yoga iguala, crea conexiones.

No es tan bonito como parece… 

No entiendo a las adolescentes que no comparten una foto suya sin antes retocarla con algún filtro.  Me pregunto qué harán a los cuarenta años.  Es cierto que viven una presión estética que roza la locura, pero en esta etapa de la vida, esta imposición por estar guapas no hace más que confundirlas. 

“No entiendo a las adolescentes que no cuelgan una foto suya sin filtro.  Todo sería distinto si en las escuelas enseñasen a meditar”

¿Qué propones?

Estaría bien que en las escuelas enseñasen a meditar. Y no hablo de elevarse con ayuda de incienso como vehículo para tal fin, sino de algo tan sencillo como de aprender a escucharse, de mirar hacia adentro. 

¿En qué medida crees que el yoga te cambia la vida?

En mi caso, cambió mi relación conmigo misma, y como consecuencia, con los demás.  Te hablo de esa mirada desde dentro y no desde el exterior, que te hace conectar con tu poder creativo.  Y todo se transforma. 

Ahora eres empresaria

Conlleva otro tipo de obligaciones. Cuando solo trabajaba en moda, tenía un nivel de estrés y de responsabilidad a un nivel muy personal.  Ahora tengo que definir constantemente mi negocio, tomar decisiones, comunicar.  ¡Es un compromiso diario!

¿Cómo definirías este momento?

Creo que estoy en un momento de cambios y de expansión. 

¿Nuevas áreas de negocio?

Tengo que aprovechar las oportunidades que se presenten.  No descarto abrir una sucursal en Sant Cugat ni diseñar ropa de yoga.

 

The Garage, by Verónica Blume

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