Silvia Escuder defiende la técnica y suma personalidad a su corte

De Londres a Sant Cugat

Si a la pasión le añades la técnica, el resultado es cuando menos infalible. Ocurre en cualquier profesión. Y en el caso de Silvia Escuder, a la fórmula se le añaden los genes, la herencia de una saga de peluqueros que se remonta a tres generaciones: abuela, madre, tíos, primos, todos ellos han hecho de su trabajo su modo de vida. Pero Silvia y su hermano Santos no se conformaron con aprender en casa, y ambos hicieron la maleta y pusieron rumbo a Londres para hacerlo de la mano de los mejores: Vidal Sassoon y Tony&Guy. “Solo con una buena técnica, puedes crear tu propio estilo”, asegura desde el salón de Sant Cugat, el único de los cuatro que regenta junto a su hermano, que lleva su nombre propio, una manera de añadir personalidad a un método basado también en la calidad del servicio. La continua formación que recibe, tanto en corte como en color, área en la que ahora prioriza una línea vegana muy en tendencia a base de barro, la comparte con su equipo. No obstante, Silvia garantiza que “hay cosas que se llevan dentro y no se pueden enseñar”.

 

 

 

Silvia aprendió las técnicas de corte que ha implantado en su salón en las academias de Vidal Sassoon y Tony&Guy.

 

 

El salón de Sant Cugat, ubicado en Francesc Moragas, es la última aventura de la estilista, que suma un total de cuatro peluquerías en el Vallés.

 

La zona de lavado invita a disfrutar de un tratamiento más relajante.

 

 

 

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