18 Jul El sueño de Ana Fernández, directora creativa de La Troop
La reina de la diversión
Texto Judith Martínez Fotografia Elisabeth Serra.
A todos nos llega un momento de plenitud, en el que siendo aun jóvenes alcanzamos la madurez y con ella los triunfos y el reconocimiento. “Jamás pensé que convertiría mi personalidad en una profesión y emprendería el proyecto de mi vida a estas alturas”, se sorprende Ana Fernández. Tras estudiar tres años de psicología, abandonó su “Sevilla del alma”, para trabajar como modelo en Madrid, pero el destino se la llevó a Barcelona para continuar con su carrera y conocer el amor, junto al actor, y uno de los fundadores de El Tricicle, Juan Gracia, padre de sus hijas Carlota y Julieta, y referente indiscutible, “soy su fan número uno”, en su nueva etapa como directora creativa de La Troop, su compañía de espectáculos efímeros. Como relaciones públicas, faceta que sigue desarrollando, “cuando me siento cómoda e identificada, pues prefiero no exponerme tanto”, siempre ha estado vinculada al lujo, un sector en el que, al pesar de su sencillez y accesibilidad como persona, se siente como pez en el agua. Y es en ese entorno en el que se demandan sus servicios exclusivos. Ana lleva la diversión, el brillo y la purpurina, a los aniversarios, bodas, y eventos privados de sus clientes internacionales. Madrid, Ibiza, Londres, Lisboa, o Grecia, figuran entre los escenarios de los contínuos desafíos a los que se enfrenta. “Sin mi socia, Ruth Juncosa, y el resto del equipo, no soy nadie”, asegura, refiriéndose a los artistas, bailarines, cantantes, y personal de producción, todo ellos de primer nivel, con el que cuenta. Junto a ellos, Ana Fernández ha sabido crear un sello a base de ilusión, “el día que deje de emocionarme lo que hago, lo dejaré”, de una inconfundible estética elegante a la par que provocadora, capaz de seducir al más escéptico. Ya sea en su papel de regente, cuando acompaña a su marido en sus propios espectáculos, o por derecho propio, como la gran emprendedora que es, Ana es la reina de la diversión. Un sueño hecho realidad.
Siempre que te veo, me arrancas una sonrisa. Eso es algo que sucede a menudo (explota en risas).
Caes bien a la gente. Soy de pequeñas dosis. Intento no excederme, dejar un buen recuerdo para que luego las personas tengan ganas de volver a verme. Me gusta entrar y salir.
Como tus shows. Producimos espectáculos efímeros, damos el do de pecho y nos vamos.
La estética es inconfundible, ¿cómo se logra ese equilibrio entre el buen gusto y la provocación? No soporto la vulgaridad, pero para lograr que todo funcione es importante que los clientes confíen en mí, me dejen volar. Además, contamos con un excepcional elenco de artistas, bailarines y cantantes, capaces de seducir con total elegancia.
¿Qué le pides a tu equipo? Actitud, educación, buena energía y gran profesionalidad. Antes de salir a actuar les doy un pequeño speech, animándolos a regalarse un momento de diversión. Solo divirtiéndote con lo que haces, puedes divertir a los demás.
La noche llama a los excesos. Yo soy como la Cenicienta de la diversión, huyo del lado oscuro de la noche. A las doce, mi compañía desaparece, nos retiramos dignamente. Me gusta el ocio nocturno, pero de forma sana, y eso requiere mucha seriedad, porque si no puede pasar factura.
Aun así, desgasta mucho. Fuera del trabajo, soy una persona muy familiar. Me gusta la casa y estar con mi gente, mi marido, mis hijas, mis grandes amigas del corazón. Por otro lado, adoro la naturaleza, especialmente al mar. Los que me quieren saben que, si algún día me ven deprimida, deben llevarme cerca de él.
Tendrás aficiones. Mi familia es mi afición. Y cuando hablo de ella, incluyo a todas las personas que trabajan conmigo y quiero. Cuando tengo tiempo, se lo dedico a ellas, haciendo de cocinitas, o simplemente estando a su lado, apoyándolas en lo que puedo, en especial a mi hija Carlota, que además de tener su propia marca de joyería MaisxFrida, forma parte de La Troop, y a Julieta, que está lanzando su carrera como modelo profesional.
Al estar siempre con gente, necesitarás tu tiempo para reconectar. La pandemia me ha permitido conocerme más a misma. Creo que me he reconciliado. Ahora se estar en silencio. Y me encanta. De repente, soy mi mejor amiga.
También te escaparás a Sevilla. En Sevilla se me llena el alma, pero me siento muy catalana. Ahí es donde he elegido vivir y plantar mis semillas. Además, es donde me he formado profesionalmente.
“Tengo el alma sevillana, pero me siento muy catalana, aquí he plantado mis semillas”.
¿Qué crees que has aprendido de los catalanes? Valoro la discreción, la seriedad y la actitud. Aquí me siento identificada.
“Me gusta que la gente se lleve un buen recuerdo de mí. Soy de pequeñas dosis”.
“El apelativo de empresaria me viene grande, me identifico más como provocadora de diversión”
Un defecto. Me cuestiono mucho. Siempre pienso que me quedaré corta. ¡Quiero dar tanto! En este sentido, soy doña dudas, (risas).
Vacilando entre hacer la entrevista por teléfono, tras una salida en barco por aguas Pitiusas el día anterior a la verbena de San Juan, o posponerla a otro momento, Ana decide hablar conmigo mientras se relaja tomado un té, frente al gran azul, claro está, rodeada de verde, y de flores. La tinta negra de mi rotulador corre llenando páginas de apuntes, que no risas, poque no hay página que las sostenga. Y así pasamos un rato divertido. Ella explicándome su trabajo, su momento, y yo escuchándola y tomando nota de todo. Porque como ella dice: “Hay que regalarse momentos y divertirse”. Y yo añadiría que hay que saber escoger lo que a uno le divierte hacer.
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