¿En qué consisten los tratamientos? Existen muchísimos ya que solemos entender esta cirugía como un tratamiento cien por cien personalizado, a medida. Algunas pacientes necesitan tratar sus labios menores al mismo tiempo que el capuchón del clítoris y otras desean trabajar la zona del vestíbulo vaginal. También las hay que tienen problemas de incontinencia urinaria o necesitan combatir la laxitud tras los partos, etc.

¿Cual es el perfil más habitual del paciente? Es absolutamente variable, tanto las mujeres jóvenes como las de mayor edad, después de los partos o sin haber tenido nunca hijos, pueden sentir molestias o incomodidad cuando se trata de su zona íntima.

Se trata de una cirugía poca conocida, ¿hay mucha demanda? Cuando hablamos de la sociedad en general, hay poca demanda, pero el boca oreja es muy efectivo. Tras operar a una paciente, es habitual que varias mujeres de su entorno vengan a preguntar por esta especialidad. Me hace pensar que si hubiese más conocimiento también habría más demanda.

¿Cree que a la falta de información se le añade cierto tabú al respecto? Curiosamente, según mi experiencia, las mujeres tienen pocos tabúes en ese sentido y en consulta médica expresan los problemas que afectan a salud íntima con naturalidad. Sin embargo, son más reticentes a hacerlo con sus familiares o amigas. En este sentido, sí podríamos decir que en sociedad es un tabú.

Si hubiese más conocimiento de esta especialidad quirúrgica, habría más demanda. Existe cierto tabú al respecto.

¿En qué medida afecta a la salud general de las pacientes? Estar satisfecha con el aspecto y la función de la zona íntima afecta de una forma muy importante a la sensación de calidad de vida de las pacientes. Por otro lado, a veces tratamos problemas médicos realmente importantes como las pérdidas de orina de esfuerzo que se producen después de algunos embarazos.

¿Y a la salud sexual? De forma grave. Nos encontramos con pacientes con una laxitud vaginal tan grande que no son capaces de sentir prácticamente nada durante sus relaciones sexuales. Y a otras que les desagrada profundamente el aspecto de sus genitales, afectando el momento de tener relaciones e, incluso, de buscar pareja.

¡Una cirugía que puede cambiar vidas! El malestar que les genera, y que a menudo soporta en silencio, suele ser tan importante, que solucionarlo supone una gran liberación. Recuerdo a una paciente muy joven que nunca había ido a la playa con nadie que no fuese de su familia desde los doce años porque tenía unos labios menores tan grandes que se le notaban con el bikini. Recortarlos le cambió realmente la vida.

¿Suelen ser operaciones complicadas y costosas? Casi todas las técnicas que usamos en cirugía íntima pueden realizarse bajo anestesia local y son sencillas en manos entrenadas. Al no precisar quirófano, ni ingreso, son muy económicas. Además, el postoperatorio es liviano y rápido.